Árboles rojos, montañas azules,
el sol cae como una moneda de cobre.
El campo es un mar verde sin orillas—
y los turistas, indiferentes a la muerte de abril,
pisan pétalos caídos frente al pabellón.
Texto original
「丰乐亭游春 · 其三」
欧阳修
红树青山日欲斜,长郊草色绿无涯。
游人不管春将老,来往亭前踏落花。
Antigua práctica
Composé en 1047 alors qu'Ouyang Xiu servait comme préfet de Chuzhou, ce poème fait partie d'une trilogie écrite après la construction du Pavillon Fengle (丰乐亭) en périphérie montagneuse. Ces vers reflètent à la fois sa mélancolie face au déclin printanier et sa philosophie politique de communion avec le peuple à travers la nature.
Premier couplet : « 红树青山日欲斜,长郊草色绿无涯。 »
Hóng shù qīng shān rì yù xié, cháng jiāo cǎo sè lǜ wú yá.
Arbres rouges, monts bleus, le soleil décline, Sur la vaste plaine, l'herbe verte s'étend sans limite.
Ce distique inaugural constitue une symphonie chromatique. Le contraste entre le rouge flamboyant (红树 hóng shù) et le bleu-vert des montagnes (青山 qīng shān), sur fond de soleil oblique (日斜 rì xié), crée une tension visuelle typique de l'esthétique song. L'"herbe sans limite" (绿无涯 lǜ wú yá) évoque autant l'abondance naturelle que l'immensité temporelle, préparant l'élégie du déclin.
Deuxième couplet : « 游人不管春将老,来往亭前踏落花。 »
Yóu rén bù guǎn chūn jiāng lǎo, lái wǎng tíng qián tà luò huā.
Les visiteurs, indifférents au printemps qui vieillit, Allant et venant devant le pavillon, foulent les pétales tombés.
Ouyang Xiu opère ici une transmutation poétique remarquable. Les "pétales foulés" (踏落花 tà luò huā) deviennent métaphore de l'insouciance populaire face au temps qui passe. Le pavillon (亭 tíng), lieu de rassemblement, symbolise la persistance des joies simples malgré les cycles naturels. Cette dialectique entre éphémère et permanent révèle la sagesse acquise par le poète après ses revers politiques.
Análisis Integral
Este poema, escrito en forma de cuarteto heptasilábico, captura magistralmente el paisaje del ocaso primaveral y los sentimientos de añoranza hacia la estación que se desvanece. Desde el Pabellón Fengle, el poeta contempla el campo abierto, pintando un cuadro con árboles rojizos, montañas azuladas, hierba verde y pétalos caídos, todo bañado por la luz oblicua del atardecer ("el sol que se inclina"). Este escenario natural sirve de transición hacia la expresión emocional: mientras la primavera envejece, el ser amado no regresa; aunque el paisaje marchita, el sentimiento perdura. La obra entrelaza escena y emoción en una atmósfera artística que combina luminosidad y melancolía con una fluidez exquisita.
El verso "Los paseantes ignoran que la primavera se marchita" destila una tristeza sutil dentro de la alegría superficial, reflejando una sensibilidad delicada hacia el paso del tiempo, reforzada por la imagen de los pétalos caídos. El final, contenido pero sugerente, extiende la resonancia del poema, evocando otra famosa línea de Ouyang Xiu: "Con ojos llorosos pregunto a las flores, pero estas callan; pétalos desordenados vuelan más allá del columpio". Aquí, el pesar por la primavera que se va fluye como un susurro continuo.
Recursos Estilísticos
- Cromatismo vívido, composición diáfana: La paleta de colores primaverales —rojo, azul, verde, pétalos dispersos— despliega un lienzo visual lleno de vitalidad estacional.
- Fusión escena-emoción, quietud y movimiento: Los primeros versos capturan la quietud del paisaje, mientras los últimos introducen el dinamismo humano ("pisar flores"), creando una transición fluida entre lo estático y lo dinámico.
- Emoción implícita en objetos, profundidad contenida: Términos como "primavera que envejece" o "pétalos caídos" sugieren melancolía, pero el poeta transforma este dolor en una alegría matizada mediante la frase "los paseantes ignoran", logrando una ambivalencia emocional sofisticada.
- Minimalismo significativo: Con solo 28 caracteres, el poema sintetiza naturaleza, tiempo, personajes y emociones en una unidad artística perfecta, demostrando una economía expresiva magistral.
Reflexiones
Este poema nos alerta sobre la fugacidad de la existencia, comparable al ciclo primaveral. Ouyang Xiu, al lamentar los pétalos caídos, refleja su apego a los momentos hermosos de la vida, estableciendo así un diálogo íntimo con la naturaleza y la condición humana. En medio del ajetreo y el flujo constante, si logramos —como el poeta— observar los cambios estacionales y "pasear sobre flores", encontraremos en el tiempo limitado una fuente infinita de reflexión y aprecio.
Más que un simple poema sobre excursiones primaverales, esta obra encarna una postura vital: ser a la vez trascendente y apasionado. Nos invita a vivir con la intensidad de quien sabe que cada instante es irrepetible, pero también con la serenidad de quien acepta el fluir natural de las cosas. En esta dualidad radica su perdurable sabiduría.
Sobre el poeta
Ouyang Xiu (欧阳修 1007 - 1072), natural de Yongfeng en la provincia de Jiangxi, fue el líder indiscutible de los círculos literarios de la dinastía Song del Norte. Obtuvo el título de jinshi en 1030 durante el reinado Tiansheng. Pionero de la renovación poética, se opuso firmemente al estilo ornamentado de la Escuela Xikun. Sus ensayos marcaron el nacimiento del estilo Song, mientras que sus poemas destacaban por su lenguaje sencillo y fluido, y sus cí por su elegancia melancólica. Mentor de gigantes literarios como Su Shi y Zeng Gong, sentó las bases del florecimiento cultural norte-song y fue reconocido como uno de los "Ocho Grandes Maestros de la Prosa Tang-Song", consolidándose como figura clave en la transformación literaria del periodo Song del Norte.