Sombrías Sendas del Monte Gélido de Han Shan

yao yao han shan dao
Muevo mi barca y fondeo
en un islote de niebla.
EI sol moribundo aumenta
mi tristeza de viajero.
Ilimitada llanura.
Baja el cielo hasta los árboles.
Cristal del río azulado.
Qué cerca de mí la luna!

Texto original

「杳杳寒山道」
杳杳寒山道,落落冷涧滨。
啾啾常有鸟,寂寂更无人。
淅淅风吹面,纷纷雪积身。
朝朝不见日,岁岁不知春。

寒山

Antigua práctica

Este poema fue escrito durante la dinastía Tang por Han Shan, el renombrado monje-poeta del periodo Zhenguan que se retiró a las montañas Tiantai. Compuesto en su ermita del templo Hanyan, la obra plasma su visión contemplativa del paisaje montañoso y su profunda reflexión budista. Tallado originalmente en bambúes y rocas como la mayoría de sus más de seiscientos poemas, este trabajo destaca por su estilo minimalista y su espiritualidad trascendente, convirtiéndose en emblemático de la poesía ermitaña china.

Primer pareado: «杳杳寒山道,落落冷涧滨。»
Yǎo yǎo hán shān dào, luò luò lěng jiàn bīn
Serpentea el sendero del frío monte, infinito; en la orilla del arroyo helado, la soledad.
Los adjetivos reduplicados ("yǎo yǎo", "luò luò") esculpen una topografía espiritual donde lo geográfico se transfigura en estado mental. La aliteración en "hán/lěng" refuerza la sinestesia térmica, mientras el quiebre métrico entre los hemistiquios imita el zigzag del camino montañoso. Este distico funda la paradoja central: la vastedad física como correlato de la introspección absoluta.

Segundo pareado: «啾啾常有鸟,寂寂更无人。»
Jiū jiū cháng yǒu niǎo, jì jì gèng wú rén
Perdura el trino, eco intermitente; crece el vacío donde no hay quien.
La antítesis "jiū jiū/jì jì" construye una partitura silente donde lo orgánico (aves) enfatiza lo inorgánico (ausencia humana). El adverbio "更" (gèng) opera como pivote filosófico: sugiere que el verdadero silencio no es mera carencia acústica, sino plenitud perceptiva amplificada por el contraste. La grafía "寂" (jì), con su radical "宀" (techo) sobre "叔" (recolección), etimológicamente vincla quietud y cosecha interior.

Tercer pareado: «淅淅风吹面,纷纷雪积身。»
Xī xī fēng chuī miàn, fēn fēn xuě jī shēn
Cruje el viento en la piel, escritura fría; la nieve anota su parábola en mí.
Las onomatopeyas ("xī xī", "fēn fēn") transcriben el diálogo cuerpo-elementos: el rostro como pergamino que recibe los grafemas del viento, la nieve como tinta mineral que inscribe enseñanzas. El verbo "积" (jī, acumular) revela una ascesis gradual donde cada copo es un sutra depositado sobre el atuendo del monje, transformando la intemperie en ritual.

Cuarto pareado: «朝朝不见日,岁岁不知春。»
Zhāo zhāo bú jiàn rì, suì suì bù zhī chūn
Mañana tras mañana, el sol que no nace; año tras año, la primavera que olvida llegar.
La repetición temporal ("zhāo zhāo", "suì suì") desactiva la cronología mundana. La negación dual ("不见", "不知") no expresa carencia sino trascendencia: el poeta no registra los ciclos naturales porque habita un presente absoluto. El último verso, con su cadencia suspensiva, deja abierto el poema hacia la eternidad, como un círculo zen que no necesita cierre.

Análisis Integral

Este es un poema antiguo de cinco caracteres por verso, de estilo elevado y tono sereno. Describe el paisaje frío y profundo de las montañas, desde el camino oscuro y la soledad del arroyo, hasta el canto de los pájaros, el viento y la nieve, y finalmente la indiferencia hacia el paso del tiempo y las estaciones. Avanza capa por capa, combinando descripciones precisas de la naturaleza con profundas expresiones emocionales. Con un trazo ligero, el poeta muestra el frío de las montañas y, a través de escenas desoladas, transmite su distanciamiento y desprendimiento del mundo mundano. En este mundo aparentemente frío y solitario, se esconde la búsqueda espiritual del poeta por una vida sencilla y tranquila, reflejando su anhelo de práctica espiritual y pureza interior.

Recursos Estilísticos

Este poema sigue el estilo de las baladas populares de las Seis Dinastías, con un lenguaje simple pero expresivo. Cada verso parece coloquial, pero está lleno de significado. La característica más destacada es el uso ingenioso de palabras repetidas, como "yǎo yǎo", "luò luò", "jiū jiū", "jì jì", "xī xī", "fēn fēn", "zhāo zhāo" y "suì suì", que en la forma refuerzan el ritmo y la musicalidad, y en el contenido intensifican las descripciones sensoriales y la atmósfera psicológica. El poema combina lo abstracto y lo concreto, el movimiento y la quietud, y a través de escenas naturales tranquilas, refleja la elevada soledad y pureza del poeta, mostrando el único ambiente etéreo y la profunda reflexión zen característicos de la poesía de Han Shan.

Reflexiones

Este poema nos ofrece una importante lección espiritual: más allá del mundanal ruido, existe una forma de vida en sintonía con la naturaleza y en compañía del silencio. A través del paisaje frío de las montañas, Han Shan expresa su distanciamiento de las disputas mundanas y su búsqueda de un corazón puro. Esta actitud serena y desapegada nos inspira a encontrar equilibrio interior y un refugio espiritual en la vida real. Si, en medio del bullicio, podemos mantener la claridad y la tranquilidad de "día tras día no ver el sol, año tras año no percibir la primavera", entonces habremos alcanzado nuestro propio monte frío interior.

Traductor

Chen Guojian(陈国坚)

Sobre el poeta:

Han Shan(寒山), 691 - 793 d.C.. Originario de Chang'an, capital de Tang, nació en una familia de cortesanos imperiales. Su fecha de nacimiento y fallecimiento es siempre un tema de discusión. Tras fracasos en varios exámenes imperiales se hizo bonzo y vivió largos años en la montaña Tiantai de la provincia de Zhejiang Sus trescientos poemas se recogen en Antología poética del Maestro Han Shan.

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