La lámpara acecha ratones sobre el tintero helado,
la luna menguante y los cuervos lloran lejanas trompas.
En el río Han vivo como pobre forastero,
solo en sueños vuelvo a los montes de mi aldea.
El verano quema mi corazón inquieto,
los años graban canas en mis sienes.
¿Quién me dará velas para volar como pájaro?
Nada me detenga en este confín del mundo.
Texto original
「遗兴」
曾巩
青灯斗鼠窥寒砚,落月啼乌送迥笳。
江汉置身贫作客,溪山合眼梦还家。
夏忧忽忽丹心破,万事悠悠两鬓华。
谁与健帆先度鸟,更无留滞向天涯。
Antigua práctica
Compuesto durante el período en que Zeng Gong servía lejos de su tierra natal, en el sur de China, este poema refleja su aislamiento existencial y su lucha entre aspiraciones políticas y realidades adversas. La mención "遗兴" (yí xìng, "inquietudes residuales") simboliza tanto sus ideales truncados como la persistencia de su integridad moral. La obra fusiona melancolía nocturna, nostalgia geográfica y resistencia espiritual, mostrando la dualidad típica del literato-funcionario: vulnerabilidad humana frente a firmeza ética.
Primer dístico: «青灯斗鼠窥寒砚,落月啼乌送迥笳。»
Qīng dēng dòu shǔ kuī hán yàn, luò yuè tí wū sòng jiǒng jiā.
Lámpara mortecina (青灯 qīng dēng): ratas combaten junto al tintero glacial; luna que cae, cuervos que lloran, remiten lejanas trompas nómadas.
El poeta construye una alegoría de su destierro: la "lámpara mortecina" (símbolo de estudio solitario) es violada por roedores, mientras sonidos fronterizos (迥笳, trompas de los confines) subrayan su lejanía de la corte. El frío del tintero (寒砚) metaforiza la inutilidad de su escritura oficial.
Segundo dístico: «江汉置身贫作客,溪山合眼梦还家。»
Jiāng hàn zhì shēn pín zuò kè, xī shān hé yǎn mèng huán jiā.
Atrapado entre los ríos Yangtsé y Han —pobre huésped—; al cerrar los ojos: arroyos y montañas me devuelven a casa en sueños.
El contraste geográfico es clave: los ríos 江汉 (centro político) representan el exilio obligado, mientras los "arroyos nativos" (溪山) encarnan el refugio onírico. El verbo 合眼 (cerrar párpados) sugiere un acto casi ritual de evasión.
Tercer dístico: «夏忧忽忽丹心破,万事悠悠两鬓华。»
Xià yōu hū hū dān xīn pò, wàn shì yōu yōu liǎng bìn huá.
Angustias estivales destrozan mi corazón leal (丹心 dān xīn); milenios de asuntos mundanos platean mis sienes.
Aquí la imaginería corporal expresa el conflicto: el "corazón bermellón" (丹心), metáfora clásica de lealtad política, se fractura ante la indiferencia del poder, mientras el tiempo histórico (万事悠悠) se personaliza en las canas. El doble 忽忽 (veloz) y 悠悠 (lento) crea un efecto de paradoja temporal.
Cuarto dístico: «谁与健帆先度鸟,更无留滞向天涯。»
Shéi yǔ jiàn fān xiān dù niǎo, gèng wú liú zhì xiàng tiān yá.
¿Quién alzará velas conmigo para rebasar a las aves migratorias? Nada me retiene ya en mi marcha hacia los confines del mundo.
El final transforma la desesperación en vuelo metafórico: las "velas potentes" (健帆) simbolizan la última esperanza de trascendencia, superando incluso a las aves (símbolo de libertad). La mención de 天涯 (límites terrenales) implica tanto resignación como anhelo de pureza absoluta.
Análisis Integral
Este poema lírico, impregnado de emoción y ricas imágenes, se desarrolla bajo el telón de fondo de la noche. Comienza construyendo una atmósfera de soledad y frío silencioso, para luego expresar el dolor del exilio y el anhelo del hogar en sueños. Gradualmente, transita hacia reflexiones más profundas: el fracaso de los ideales y el paso inexorable de la juventud, culminando en un cierre donde resurge un espíritu indomable, dispuesto a izar velas hacia horizontes lejanos.
El poeta emplea imágenes estratificadas que avanzan como olas, transmitiendo una transición emocional desde la melancolía hacia lo sublime. Este movimiento, de lo deprimido a lo elevado, revela la resiliencia oculta bajo la aparente serenidad de Zeng Gong, mostrando cómo la introspección puede convertirse en fuerza.
Recursos Estilísticos
- Imágenes concentradas, atmósfera densa
Términos como "lámpara verde acechada por ratones" (青灯斗鼠 qīng dēng dòu shǔ), "tintero frío" (寒砚 hán yàn), "cuervos que lloran" (啼乌 tí wū) y "cuerno lejano" (迥笳 jiǒng jiā) tejen una escena nocturna lúgubre, cargada de simbolismo. Este entorno refleja con crudeza el aislamiento del poeta, potenciando la conexión emocional con el lector. - Progresión emocional, estructura ascendente
El poema inicia con la crudeza del destierro y las privaciones, explora luego el duelo por los sueños truncados, y finalmente se eleva hacia un llamado a reiniciar el viaje. Esta arquitectura—del lamento a la determinación—crea un ritmo narrativo tenso y satisfactorio. - Lenguaje preciso, fusión de paisaje y alma
Zeng Gong utiliza un lenguaje austero pero vibrante, donde cada palabra carga significado. Lo exterior (el frío, la noche) y lo interior (la añoranza, la resistencia) se funden sin costuras. Este equilibrio entre realismo y lirismo otorga al texto una cualidad casi escultórica: dura en su verdad, pero luminosa en su idealismo.
Reflexiones
Este poema encarna la paradoja del intelectual frente a la adversidad: herido pero no quebrado, solo pero no perdido. Zeng Gong nos enseña que incluso cuando "el tintero se congela" (metáfora del estancamiento creativo o político), persiste la posibilidad de reinventarse. Su voz, que oscila entre el susurro nostálgico y el grito de desafío, resuena particularmente en nuestra era de incertidumbres.
Como escribió el propio Zeng Gong en sus ensayos: "El junco que se dobla al viento no es más débil que el roble; sabe que su fuerza está en la flexibilidad". Este poema es justamente eso: un testimonio de cómo la flexibilidad espiritual puede convertirse en brújula cuando el camino se oscurece. Invita al lector moderno a buscar, incluso en las noches más frías, esas "velas no apagadas" (隐喻 esperanzas latentes) que permiten navegar hacia nuevos amaneceres.
Sobre el poeta
Zeng Gong (曾巩 1019 - 1083), natural de Nanfeng en la provincia de Jiangxi, figura entre los ilustres "Ocho Grandes Maestros de la Prosa Tang-Song". Sus escritos se distinguieron por su elegante equilibrio clásico, celebrados por su rigurosa argumentación y refinada artesanía literaria. Mientras su poesía abrazaba una sutilidad sin artificios, su prosa alcanzó lo que los críticos denominaron "la esencia misma de la pureza", logro que, aunque quizás menos deslumbrante que el de sus contemporáneos como Su Shi o Wang Anshi, le valió la reverencia póstuma como maestro fundador de la "Escuela Literaria Nanfeng".