Anillo de agua clara que la sequía no agota,
loto brillante que casi se puede tocar.
La pared pétrea atrapa el cielo en su trampa,
el estuche esmeralda guarda musgo invasor.
Satisface en otoño el ansia de roca y agua,
no traiciona el anhelo de ríos sin fin.
Pero al ver mi reflejo—solo lamento la edad,
mis cabellos blancos ya llenan la peineta.
Texto original
「盆池」
曾巩
环环清泚旱犹深,炳炳芙蓉近可寻。
苍壁巧藏天影入,翠奁微带藓良侵。
能供水石三秋兴,不负江湖万里心。
照影独怜身老去,日添华发已盈簪。
Antigua práctica
Compuesto en la madurez de Zeng Gong, posiblemente durante su retiro como funcionario local, este poema transforma un simple penchi (estanque ornamental) en microcosmos de introspección. La obra encarna la estética Song de pingdan (sobriedad elegante), donde la contemplación de lo diminuto revela verdades universales sobre el tiempo y la mortalidad. Más que mera descripción paisajística, es un diálogo entre el espacio íntimo del jardín y la vastedad de la memoria.
Primer dístico: «环环清泚旱犹深,炳炳芙蓉近可寻。»
Huán huán qīng cǐ hàn yóu shēn, bǐng bǐng fú róng jìn kě xún.
Circular pureza líquida —en sequía sigue profundo—; lotos radiantes (炳炳芙蓉), cercanos, se dejan encontrar.
La repetición "环环" (circular) enfatiza la perfección autónoma del estanque, cuyo nivel se mantiene "profundo" (深) pese a la sequía, simbolizando la resiliencia espiritual del poeta anciano. Los lotos (芙蓉), tradicionales emblemas de renacimiento, aquí adoptan el adverbio "炳炳" (resplandeciente), sugiriendo que la belleza persiste en la proximidad de la vejez.
Segundo dístico: «苍壁巧藏天影入,翠奁微带藓良侵。»
Cāng bì qiǎo cáng tiān yǐng rù, cuì lián wēi dài xiǎn liáng qīn.
Muro azulado atrapa con destreza reflejos celestes; el estuche esmeralda sufre el lento asedio del musgo.
El "muro azulado" (苍壁) actúa como espejo cósmico, mientras el "estuche esmeralda" (翠奁, metáfora del recipiente del estanque) muestra la erosión temporal a través del musgo (藓). El contraste entre lo celestial ("reflejos") y lo terrenal ("asedio") plasma la dualidad del envejecimiento: trascendencia versus decadencia física.
Tercer dístico: «能供水石三秋兴,不负江湖万里心。»
Néng gōng shuǐ shí sān qiū xìng, bù fù jiāng hú wàn lǐ xīn.
Puede aún inspirar deleite otoñal con agua y rocas; no traiciona aquel corazón que anheló ríos y lagos distantes.
La antítesis entre "agua-roca" (水石), elementos mínimos, y "ríos-lagos" (江湖), vastos espacios, sintetiza el viaje vital del poeta: de las ambiciones juveniles ("万里心") a la satisfacción contemplativa ("三秋兴"). El verbo "traicionar" (负) personifica al estanque, convirtiéndolo en custodio de memorias.
Cuarto dístico: «照影独怜身老去,日添华发已盈簪。»
Zhào yǐng dú lián shēn lǎo qù, rì tiān huá fà yǐ yíng zān.
Al reflejarme, solo lamento este cuerpo que envejece; cada día añade canas hasta colmar el pasador del pelo.
El acto de reflejarse (照影) deviene ritual de autoconocimiento. La acumulación diaria ("cada día añade") subraya la inexorabilidad del tiempo, mientras "colmar el pasador" (盈簪) —alusión a los peinados ceremoniales de funcionarios— sugiere que incluso los símbolos de estatus sucumben a la biología.
Análisis Integral
Este poema parte de lo concreto para elevarse a lo universal, transformando un pequeño paisaje en espejo del alma. El poeta toma como punto de partida un modesto estanque en maceta (盆池 pén chí), y a través de él teje reflexiones sobre la juventud perdida, la belleza efímera, los ideales y la vejez. Cada elemento simboliza una etapa vital: los lotos (芙蓉 fú róng) representan los placeres accesibles del presente; las sombras de jade en el agua (苍壁天影 cāng bì tiān yǐng) reflejan el ocaso de la vida como un crepúsculo invertido; las rocas bajo el agua (水石 shuǐ shí) encarnan tres estaciones de serenidad autocontenida; mientras que el acto de contemplar el propio reflejo (照影 zhào yǐng) revela la melancolía sosegada de los años tardíos.
La fusión entre objeto y emoción alcanza aquí su máxima expresión. El lenguaje, pulido pero nunca recargado, guía al lector desde una calma inicial hacia profundidades emocionales graduales, donde lo externo deviene introspección. La conclusión, sin embargo, no es amarga sino iluminada: una serenidad que reconcilia lo finito con lo eterno.
Recursos Estilísticos
- Microcosmos filosófico
Lo que comienza como descripción de un objeto doméstico se expande hasta abarcar cuestiones existenciales. El estanque en miniatura se convierte en metáfora del "universo en una gota de rocío" (一花一世界 yī huā yī shìjiè), demostrando el arte Song de encontrar lo sublime en lo cotidiano. - Arquitectura emocional
Cada pareado construye un estado distinto: el primero establece la dicha inmediata; el segundo introduce el matiz nostálgico; el tercero profundiza en la contemplación; el cuarto culmina con autoconocimiento. Esta progresión imita el curso mismo de la vida humana. - Economía lingüística
El poema rechaza el virtuosismo vacío. Frases como "苍壁倒涵天" (el jade invertido contiene el cielo) logran condensar en cinco caracteres lo que otros desarrollarían en versos enteros, siguiendo el principio confuciano de "nombrar correctamente" (正名 zhèng míng) para revelar esencias.
Reflexiones
Este poema ofrece un antídoto contra la angustia moderna por la productividad y la juventud eterna. Enseña que incluso en espacios reducidos —un patio, una maceta, un instante— puede habitar lo infinito. El poeta no niega el paso del tiempo (sus canas son testimonio vivo), pero transforma la aceptación en acto de sabiduría: cuando los horizontes físicos se estrechan, los interiores se amplían.
Como escribió el monje poeta Hongzhi: "Las diez mil cosas se consumen, solo el espíritu permanece claro" (万物芸芸各返其根 wànwù yún yún gè fǎn qí gēn). Zeng Gong encarna esta enseñanza, mostrándonos que la verdadera dignidad no reside en negar el ocaso, sino en iluminarlo desde dentro —como ese estanque que, aunque pequeño, refleja estrellas enteras—.
Sobre el poeta
Zeng Gong (曾巩 1019 - 1083), natural de Nanfeng en la provincia de Jiangxi, figura entre los ilustres "Ocho Grandes Maestros de la Prosa Tang-Song". Sus escritos se distinguieron por su elegante equilibrio clásico, celebrados por su rigurosa argumentación y refinada artesanía literaria. Mientras su poesía abrazaba una sutilidad sin artificios, su prosa alcanzó lo que los críticos denominaron "la esencia misma de la pureza", logro que, aunque quizás menos deslumbrante que el de sus contemporáneos como Su Shi o Wang Anshi, le valió la reverencia póstuma como maestro fundador de la "Escuela Literaria Nanfeng".