Festival de Linternas con el Canciller de Zeng Gong

he shi guan xiang gong shang yuan guan deng
El cortejo imperial regresa de su paseo,  
linternas estrelladas reemplazan el crepúsculo.
La copa pasa bajo la luna palaciega,
pétalos caen sobre los robes de los cortesanos.

Aroma celestial calienta dragones dorados,
abanicos de seda despliegan fénix de colores.
La música sacra nunca sacia al pueblo,
mientras el carmesí avanza hacia la puerta púrpura.

Texto original

「和史馆相公上元观灯」
九衢仙仗豫游归,宝烛星繁换夕晖。
传醆未斜清禁月,散花还拂侍臣衣。
天香暗度金虬暖,宫扇双开彩凤飞。
法曲世人听未足,却迎朱辇下端闱。

曾巩

Antigua práctica

Esta obra fue compuesta por Zeng Gong como respuesta a un poema de un colega oficial, retratando los festejos del Shangyuanjie (festival de linternas del 15° día del primer mes lunar). Durante la dinastía Song, esta celebración era uno de los eventos más espléndidos, donde las ciudades se adornaban con linternas y la corte imperial organizaba banquetes y espectáculos lumínicos. Escrito en un contexto de intercambios corteses entre funcionarios, el poema describe con elegancia y minuciosidad el paisaje nocturno de la capital, fusionando la solemnidad palaciega con el bullicio popular. Revela tanto el deleite del poeta ante la magnificencia festiva como su perspectiva estética refinada y su estilo sobrio.

Primer dístico: «九衢仙仗豫游归,宝烛星繁换夕晖。»
Jiǔ qú xiān zhàng yù yóu guī, bǎo zhú xīng fán huàn xī huī.
Por nueve avenidas regresan las procesiones sagradas (仙仗 xiān zhàng); linternas preciosas (宝烛 bǎo zhú), estrellas multiplicadas, sustituyen el crepúsculo.

El poema inicia con una escena grandiosa: "procesiones sagradas" (仙仗) alude tanto a cortejos ceremoniales como a desfiles de linternas, mientras "linternas-estrellas" (宝烛星繁) transforma la noche en un cosmos artificial. La imagen sintetiza el esplendor urbano y la trascendencia ritual.

Segundo dístico: «传醆未斜清禁月,散花还拂侍臣衣。»
Chuán zhǎn wèi xié qīng jìn yuè, sàn huā hái fú shì chén yī.
Aún no declina la luna sobre el palacio cuando circulan las copas; flores pirotécnicas (散花 sàn huā) rozan los atuendos de los cortesanos.

Aquí se articulan dos planos: la verticalidad inmutable de la luna ("清禁月", símbolo de pureza imperial) contrasta con el movimiento horizontal del vino y los fuegos artificiales ("散花", literalmente "flores esparcidas"). El detalle de rozar ropajes (拂衣) humaniza la escena ceremonial.

Tercer dístico: «天香暗度金虬暖,宫扇双开彩凤飞。»
Tiān xiāng àn dù jīn qiú nuǎn, gōng shàn shuāng kāi cǎi fèng fēi.
Fragancias celestiales (天香 tiān xiāng) fluyen entre dragones dorados que irradian calor; abanicos palaciegos se abren en pareja, haciendo volar fénix multicolores.

La sinestesia domina este verso: el olfato ("fragancias"), el tacto ("calor") y lo visual ("fénix") se entrelazan. Los "dragones dorados" (金虬) probablemente describen quemadores de incienso en forma de serpientes mitológicas, mientras los abanicos (宫扇) emulan aves en movimiento, reflejando el lujo suntuario de la corte.

Cuarto dístico: «法曲世人听未足,却迎朱辇下端闱。»
Fǎ qǔ shì rén tīng wèi zú, què yíng zhū niǎn xià duān wéi.
La música ritual (法曲 fǎ qǔ) deja al pueblo sediento de más, cuando irrumpe el carmesí palanquín (朱辇 zhū niǎn) descendiendo por las puertas sagradas.

El clímax llega con la aparición del emperador: la "música ritual" (asociada a ceremonias taoístas) simboliza el orden cósmico, mientras el "palanquín carmesí" (color imperial por excelencia) materializa la presencia divina del Hijo del Cielo. La estructura culmina con esta imagen de unidad entre lo terrenal y lo celestial.

Análisis Integral

Compuesto por ocho versos de estructura impecable, este poema sigue la tradición del estilo palaciego (宫体诗 gōng tǐ shī), desplegando descripciones elaboradas sin caer en lo ostentoso. Con trazos minuciosos, el poeta despliega progresivamente el esplendor de la corte y el bullicio callejero: desde las procesiones ceremoniales en las avenidas hasta los fuegos artificiales imperiales, pasando por los aromas que impregnan el aire y la presencia del emperador, tejiendo así un vívido cuadro nocturno de festividad. Aunque es una obra de circunstancia (和诗 hé shī), el poeta evita clichés, fundiendo emoción y paisaje con maestría, logrando un encanto artístico que trasciende lo erudito y lo popular.

Más allá de la celebración, el poema alberga una conciencia ritual y cultural implícita. Al retratar los festejos de la Fiesta de los Faroles (上元夜 shàng yuán yè), el poeta no solo canta las señales de una era próspera, sino que también encarna el ideal confuciano de los literatos Song: un mundo ordenado por los ritos y la música (礼乐 lǐ yuè). Esta dualidad entre lo festivo y lo filosófico eleva el poema de mera descripción a reflexión cultural.

Recursos Estilísticos

  • Corte y calle en diálogo, festividad estratificada:
    La yuxtaposición de "nueve avenidas" (九衢 jiǔ qú) y "abanicos imperiales" (宫扇 gōng shàn) entrelaza lo popular y lo ceremonial, creando una pintura festiva multidimensional.
  • Elaboración medida, lenguaje suntuoso pero disciplinado:
    Imágenes como "velas preciosas tan numerosas como estrellas" (宝烛星繁 bǎo zhú xīng fán), "fragancia celestial que se filtra en la sombra" (天香暗度 tiān xiāng àn dù) y "fénix multicolor en vuelo" (彩凤飞 cǎi fèng fēi) ejemplifican el estilo Song de esplendor controlado, donde el ornamento nunca opaca la estructura.
  • Imágenes dinámicas, ritmo coreografiado:
    Fuegos artificiales, aromas, carruajes y música se entrelazan en una coreografía visual y auditiva, donde lo estático y lo móvil se alternan con precisión métrica, dando al poema cualidades casi cinematográficas.

Reflexiones

Este poema, al capturar la noche de los faroles con tan vívido detalle, no solo documenta la vitalidad cultural de la era Song, sino que también revela cómo las festividades encarnaban ideales sociales más profundos. Para el poeta, el regocijo colectivo no era mero entretenimiento, sino la expresión tangible de un mundo armonizado por la cultura (文治 wén zhì).

Hoy, cuando las celebraciones a menudo pierden su conexión con significados ancestrales, esta obra nos invita a redescubrir el potencial transformador de las tradiciones festivas: momentos donde el arte, la comunidad y el orden cósmico convergen. Como escribió el filósofo Zhu Xi, contemporáneo de Zeng Gong: "Los ritos no son formalidades vacías, sino el rostro visible de la armonía invisible". Este poema es precisamente un testimonio de esa armonía hecha lumbre, música y color.

Sobre el poeta​

Zeng Gong

Zeng Gong (曾巩 1019 - 1083), natural de Nanfeng en la provincia de Jiangxi, figura entre los ilustres "Ocho Grandes Maestros de la Prosa Tang-Song". Sus escritos se distinguieron por su elegante equilibrio clásico, celebrados por su rigurosa argumentación y refinada artesanía literaria. Mientras su poesía abrazaba una sutilidad sin artificios, su prosa alcanzó lo que los críticos denominaron "la esencia misma de la pureza", logro que, aunque quizás menos deslumbrante que el de sus contemporáneos como Su Shi o Wang Anshi, le valió la reverencia póstuma como maestro fundador de la "Escuela Literaria Nanfeng".

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